MARTIN LUTERO
El luteranismo es un movimiento religioso cristiano protestante fundado institucionalmente por el monje alemán Martín Lutero (1483-1546). Se considera la fecha del 31 de octubre de1517 como el día de nacimiento de esta rama del cristianismo, en la que se colocaron las95 tesis sobre la eficacia de las indulgencias en la puerta de la Iglesia de Todos los Santosen Wittenberg,
Alemania. El luteranismo cree en Jesucristo como su fundador espiritual, Dios uno y trino (Santa Trinidad), es
decir: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. La interpretación
bíblica que tuvo de que Dios no juzga a
los hombres por sus obras buenas, sino más bien por su fe (sola
fides), proporciona a Lutero la base fundamental de su pensamiento.
El pensamiento de Lutero se basa en el concepto de la justificación por la fe, que negaba cualquier teoría romana/ortodoxa respecto a los
méritos personales aplicables a la salvación, la mediación de los santos y la
veneración de las imágenes. Denunció la venta de indulgencias y la obtención de los perdones a cambio de bienes, así como la
venta de cargos eclesiásticos.
El luteranismo rechaza la
primacía y autoridad romana del papado como
institución divina. Niega la tradición dogmática de la existencia del purgatorio. El
movimiento protestante iniciado por Lutero afirma el valor único de las Escrituras y la supremacía de la fe en Jesucristo. Lutero desarrolla la
doctrina del Sacerdocio Universal, en donde afirma que las Escrituras pueden
ser entendidas por todos los creyentes y que cada uno puede examinarlas
libremente gracias a la creación de la imprenta. Según Lutero, todos los
creyentes son sacerdotes en virtud de los sacrificios espirituales de un
corazón arrepentido en oración. http://www.youtube.com/watch?v=pc9Pe0LgGjc
JUAN CALVINO
Calvino, cuyo nombre francés era
Jean Cauvin o Calvin, nació en Noyon, localidad de la Picardía, en el norte de
Francia, el 10 de julio de 1509. Hijo del secretario del obispado de su ciudad
natal, cursó estudios de humanidades en famosos colegios parisienses y más
tarde de leyes en las universidades de Orleans y Brujas, donde tuvo como
maestros a importantes pensadores de la época. En 1532, Calvino evidenció sus
sólidos conocimientos de latín e historia con su edición del tratado de Séneca
De clementia (Sobre la clemencia).
Poco después de publicar esta
obra, Calvino se convirtió al protestantismo, pero cuando el grupo de teólogos
reformadores al que pertenecía fue ilegalizado en Francia, abandonó París. A
principios de 1535 se instaló en Basilea, Suiza, y allí apareció al año
siguiente su obra fundamental, Christianae religionis institutio (Instituciones
de la religión cristiana). Se trataba de un brillante resumen de las doctrinas
protestantes, donde, entre otras cosas, postulaba la predestinación de los
elegidos, rechazaba los sacramentos tal como los entendía el catolicismo y
esbozaba un nuevo esquema de organización para la nueva forma del cristianismo.
Con esta obra, traducida al francés en 1541, Calvino se convirtió en uno de los
principales teólogos protestantes.
Todavía en 1536, tras un breve
viaje a Italia -donde mostró su talento político para atraer el apoyo de los
poderosos hacia el protestantismo-, al pasar por Ginebra fue invitado a
permanecer en ella. La ciudad había adoptado recientemente el protestantismo,
como consecuencia de una rebelión de los burgueses contra el obispo, pero
carecía de una doctrina y una organización. Calvino permaneció allí dos años,
pero elaboró un código litúrgico y moral tan severo que fue expulsado por el consejo
ginebrino.
Desde 1538 hasta 1541 residió en
Estrasburgo, donde creó una nueva liturgia y asentó nuevas instituciones
parroquiales, al tiempo que dirigía personalmente una congregación. En esos
años participó en varios concilios entre católicos y protestantes y conoció a
importantes teólogos luteranos como Melanchton y Martín Lutero.
Mientras tanto, Ginebra se
debatía entre el caos interior y la amenaza católica externa, y volvió a llamar
a Calvino. Éste, a su regreso, aplicó sus ideas religiosas, de gran austeridad,
y por medio de las Ordenanzas eclesiásticas organizó la iglesia de Ginebra, que
sería la base de todas las iglesias del protestantismo reformado.
Durante los años siguientes,
tras eliminar a todos sus opositores -sin dudar en ejecutarlos cuando lo
consideraba preciso-, Calvino se convirtió en rector absoluto de Ginebra, tanto
en el aspecto religioso como en el económico y político.
A partir de 1550 se dedicó sobre
todo a apoyar a otros grupos protestantes afines a sus tesis y a proporcionar
coherencia a su doctrina. En 1559 apareció la versión latina definitiva de las
Instituciones -un año después vería la luz la francesa-, en donde establecía
sus diferencias teológicas con el luteranismo. Bajo su influjo, y el de la
academia que fundó en Ginebra, esta ciudad se convirtió en el centro principal
del protestantismo europeo.
Juan Calvino murió en Ginebra el
27 de mayo de 1564, lo que no impidió la continua expansión de las iglesias
reformadas.
2. EL CALVINISMO
Dentro del protestantismo, el calvinismo
se caracteriza por llevar hasta sus últimas consecuencias lógicas la soberanía
absoluta de Dios y por haber logrado una prudente, pero estricta, organización
humana en sus iglesias.
Una segunda Reforma
Juan Calvino llevó a cabo una
'segunda Reforma'. Sus intenciones y sus esfuerzos se encaminaron a reunificar
las diversas tendencias protestantes, y logró atraer a los seguidores de
Huldrych Zwingli (también conocido como Ulrico Zwinglio) en el Consensus
tigurinus (1549); sin embargo, consumó de hecho la ruptura con el luteranismo,
y dio lugar, en paralelo con éste y con el anglicanismo, al tercer gran grupo
dentro del protestantismo. En Europa, las iglesias calvinistas reciben por lo
general el nombre de reformadas, mientras que en el resto del mundo se conocen
como presbiterianas.
Organización de iglesias
locales. Rechazado durante su primera estancia en Ginebra debido a la rigidez
de la disciplina impuesta, Calvino fue llamado de nuevo por el consejo de la
ciudad en 1541. Revestido de autoridad, hizo publicar las Ordenanzas
eclesiásticas, que posteriormente sirvieron de modelo para la fundación de
otras iglesias locales. Las ordenanzas confiaban la actividad eclesial a cuatro
grupos: los pastores, elegidos por el pueblo, se encargaban de predicar la
palabra de Dios y se reunían semanalmente en congregación y mensualmente en
sínodo; los doctores se dedicaban a la enseñanza; el presbiterio -'ancianos'
laicos- mantenía la disciplina; y los diáconos se cuidaban de las tareas
asistenciales. El consistorio -que en Ginebra tenía carácter de consejo de la
ciudad- estaba formado por seis pastores y doce ancianos; podía sancionar las
faltas leves a la disciplina o pasar la acusación a los tribunales civiles.
La denominación de iglesia
presbiteriana procede precisamente de la institución del presbiterio de
'ancianos' laicos con gran poder disciplinar, en contraposición a la autoridad
que otras iglesias conceden al obispo.
La 'ciudad-iglesia'. La
supremacía del poder religioso sobre el poder civil granjeó a Ginebra la
denominación de 'ciudad-iglesia'. El afianzamiento de la iglesia se debió al
celo de la constante predicación de Calvino, a la prestigiosa Academia
Teológica que fundó -basada en las humanidades grecolatinas y en la exégesis
(interpretación) bíblica- y a la rigidez de la disciplina impuesta mediante
castigos, destierros e incluso la pena capital. Se trataba de una organización
de elección democrática, pero de férrea exigencia. En cuatro años, Calvino hizo
desterrar de Ginebra a 76 descontentos y ejecutar a 58 condenados, entre ellos
el sabio español Miguel Servet, que murió en la hoguera.
La expansión. Calvino acogió a
los refugiados franceses de fe protestante, y entre ellos eligió misioneros que
regresaran a fundar otras iglesias locales. Conforme al principio de autonomía,
éstas fueron estableciendo sus propias bases doctrinales y organizativas:
confesión galicana (1559), escocesa (1560), belga (1561), hasta que se redactó
de común acuerdo la confesión helvética (1566).
Calvino se sirvió del poder civil
para la expansión de su doctrina y de las iglesias, pero cuando éste le resultó
hostil se alió con la oposición. Para él, un príncipe que combatía a la iglesia
perdía su derecho como tal, y era lícito oponerle resistencia, incluso armada.
En Francia, los calvinistas -denominados hugonotes- trataron de dominar a
Francisco II en contra de la familia Guisa.
Las guerras de religión que se
desencadenaron dejaron triste recuerdo en la noche de San Bartolomé (1572), en
que murieron miles de hugonotes, y no terminaron hasta el Edicto de Nantes
(1598).
En los Países Bajos, los
calvinistas favorecieron la rebelión contra Felipe II de España. En Escocia, el
calvinismo -o puritanismo, nombre que recibió por su rigor doctrinal- tuvo
desde el principio gran apoyo gracias a la labor del reformador John Knox, que
hizo del presbiterianismo la religión oficial. En Inglaterra, tras el período
de la revolución puritana de Oliver Cromwell, la iglesia presbiteriana fue
prohibida por el anglicanismo oficial, y sólo en 1688 se le permitió de nuevo
libertad de culto.
Los puritanos ingleses exiliados
llevaron la iglesia presbiteriana a Nueva Inglaterra, colonia de la costa
atlántica de los posteriores Estados Unidos. Los propios ingleses y los
holandeses extendieron el calvinismo por diversos países de su imperio
colonial, sobre todo en lo que sería más tarde la República de Sudáfrica.
ENRIQUE VIII
Enrique VIII (28 de junio de 1491 – 28 de enero de 1547) fue rey de Inglaterra y señor de Irlanda desde el 22 de abril de 1509 hasta su muerte. Fue el segundo monarca de la casa Tudor, descendiente de su padre, Enrique VII. Famoso por haberse casado seis veces y por ejercer el poder más absoluto entre todos los monarcas ingleses. Entre los hechos más notables de su reinado se incluye su ruptura con la Iglesia Católica Romana, y su establecimiento como cabeza de la Iglesia de Inglaterra (Iglesia Anglicana), la disolución de los monasterios, y la unión de Inglaterra con Gales.
También promulgó legislaciones
importantes, como las varias actas de separación con la Iglesia de Roma,2 de su designación como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra,
las Union Acts de 1535 y 1542, que unificaron a
Inglaterra y Gales como una sola nación, la Buggery
Act de 1533, primera
legislación contra la sodomía en Inglaterra, la Witchcraft
Act de 1542, que castigaba
con la muerte la brujería.3
La protección que dispensó al
pintor alemán Hans Holbein se tradujo
en una formidable serie de retratos y dibujos en color, que efigian a muchos
personajes de la Corte de aquella época. Destaca la efigie del propio Enrique
VIII, del Museo Thyssen-
Fue hijo de Isabel
de York y Enrique VII de Inglaterra. Fue un
ávido apostador y jugador de dados. En su juventud practicó, deportes como
justas, caza y royal tennis,
antepasado del actual tenis. Fue
también un músico completo, escritor y poeta. También se involucró en la
reconstrucción y mejoramiento de varios edificios importantes, como el Palacio Nonsuch,
la capilla del King´s College en Cambridge, y laAbadía de Westminster en Londres. En
muchos casos se trataba de edificios confiscados, por ejemplo al Cardenal Thomas
Wolsey, entre ellos Christ
Church enOxford, el
palacio de Hampton
Court, el palacio de Whitehall y el Trinity College en Cambridge.
Hermano de Maria
Tudor, quien tuvo como hijo a Frances
Brandon (sobrina
de Enrique) y esta a Juana
Grey que fue
sucesora del hijo de Enrique, Eduardo
VI
Nacido en Greenwich, en el palacio de Placentia, Enrique VIII fue el tercer hijo de Enrique VII de Inglaterra e Isabel de York. Sólo tres de
sus seis hermanos sobrevivieron a la infancia: Arturo, príncipe de Gales, Margarita Tudor y María Tudor, reina consorte de Francia. Su padre, miembro de la Casa de Lancaster, adquirió el
trono por derecho de conquista, ya que su ejército derrotó al último Plantagenet, el Rey Ricardo III, y posteriormente completó sus derechos desposando a Isabel, hija del
Rey Eduardo IV de Inglaterra. En 1493, el joven Enrique fue designado condestable4 del Castillo de Dover y Lord Warden
"de las cinco puertas". En 1494 fue nombrado
Duque de York, y posteriormente comisario principal de Inglaterra y Lord teniente de
Irlanda, mientras aún era un niño. Posteriormente fue nombrado conde mariscal
de Inglaterra y señor teniente de Irlanda. Enrique recibió una educación de
primera clase de importantes tutores y consiguió adquirir fluidez en latín,
francés y español. Con once años, su madre, la reina Isabel de York falleció. En 1501 asistió a la boda de su hermano mayor Arturo, heredero
de la corona inglesa, con Catalina de Aragón, pareja que por entonces tenía
quince y dieciséis años respectivamente. Los dos fueron enviados un tiempo aGales, como se
acostumbraba con el heredero del trono y su esposa; pero al año siguiente, tras
sólo 20 semanas de matrimonio, Arturo muere de una infección lo que convierte a
Enrique en Príncipe de Gales. Entonces, Enrique VII sigue interesado en sellar una alianza matrimonial entre Inglaterra y España,
ofreciendo a Enrique, su segundo hijo, nuevo Príncipe de Gales y heredero
al trono, en matrimonio a la viuda del príncipe Arturo, Catalina de Aragón, hija de los Reyes
Católicos.
Enrique VII estaba ansioso por
mantener la alianza marital entre Inglaterra y España. Así que
para lograr el matrimonio entre su hijo, como nuevo Príncipe de Gales y
Catalina, viuda de su primogénito, debía primero obtener una dispensa papal.
Catalina manifestaba que su primer matrimonio no había sido consumado; de ser
así no se requería dispensa alguna, sino una simple disolución de un matrimonio
meramente formal. Sin embargo, tanto las cortes españolas como inglesas
insistieron en la necesidad de una dispensa papal para eliminar todas las dudas
concernientes a la legitimidad del casamiento. Debido a la impaciencia de la
madre de Catalina, Isabel I de Castilla, el Papa otorgó apresuradamente
la dispensa mediante una Bula. De esta
manera, catorce meses después de la muerte de su primer marido, Catalina se
encontró comprometida con el hermano de aquél, el Príncipe de Gales. En el año 1505, Enrique VII
perdió su interés en mantener la alianza con España y el joven Príncipe de
Gales fue obligado a declarar que el compromiso había sido arreglado sin su
consentimiento.
Enrique VIII ascendió al trono en 1509,
tras la muerte de su padre. El padre de Catalina, Fernando II de Aragón, organizó el casamiento
de ésta con el nuevo rey. Enrique VIII desposó a Catalina de Aragón nueve
semanas antes de su coronación en Greenwich, el 11 de junio de 1509, dejando de
lado los consejos del Papa Julio II, y de William Warham, arzobispo de Canterbury, en cuanto a la validez de tal unión. Fueron coronados juntos en la Abadía
de Westminster el 24 de junio de 1509. El primer embarazo de la reina Catalina
terminó en un aborto en 1510. Luego dio a luz a su hijo, Enrique, el 1 de enero
de 1511, pero el bebé sólo vivió hasta el 22 de febrero de ese mismo año. Con
su coronación, Enrique VIII debió enfrentarse a las problemáticas consecuencias
de los impuestos nobiliarios establecidos por Richard Empson y Edmund Dudley, miembros del gabinete de su padre. Así que dos días después de su
nombramiento hizo detener a ambos en la Torre de Londres, fueron acusados de alta traición y decapitados en 1510. A diferencia de su padre, Enrique VII, que favorecía las políticas pacíficas, durante todo su reinado destacó su
inclinación bélica.
Durante los dos años posteriores a la
ascensión de Enrique VIII, el obispo de Winchester, Richard Fox, junto a William
Warham, controlaron los asuntos de Estado. De 1511 en adelante, sin embargo, el poder real fue ostentado por Thomas Wolsey. En ese mismo año, el Papa Julio II proclamó una Liga Santa contra Francia. La nueva alianza se forjó
rápidamente incluyendo a Inglaterra, además deEspaña, regida por los Reyes Católicos y el Sacro Imperio Romano, gobernada por el
emperador Maximiliano I. El rey firmó el Tratado de Westminster, en el que prometía
ayuda mutua a España contra Francia. En 1513, invadió este país y derrotó a sus ejércitos en laBatalla de las
Espuelas. Por su parte, Jacobo IV de Escocia, aliado de Francia, invadió Inglaterra por el norte, pero fue derrotado en labatalla de Flodden el 9 de septiembre de 1513, perdiendo la vida y
terminando así el conflicto.
En 1514, Fernando abandonó la alianza, y
las otras partes hicieron la paz con Francia. La consecuente irritación con
España inició la discusión sobre un divorcio con la reina Catalina. Sin
embargo, con la ascensión en 1515 del rey Francisco I al trono de Francia, aumentó nuevamente el antagonismo entre Inglaterra y
Francia, y Enrique se reconcilió con los reyes de España.
En 1516 la reina Catalina dio a luz a una
niña, María, renovando las esperanzas de Enrique de
lograr un heredero varón, a pesar de los previos embarazos fallidos de su
esposa. Fernando II murió en 1516, para ser sucedido por su nieto Carlos, sobrino de la reina Catalina. Para
octubre de 1518, Thomas Wolsey había diseñado el Tratado de Londres con el papado, con la idea de conseguir un triunfo para la diplomacia
inglesa, ubicando al reino en el centro de una nueva alianza europea con el
ostensible objeto de repeler las invasiones moriscas a España, tal como había
solicitado el Papa.
En 1519 también murió Maximiliano, y
Wolsey, que a la sazón era Cardenal de la iglesia católica, propuso
secretamente a Enrique como candidato para el puesto5 a pesar de que públicamente parecía apoyar
al rey francés, Francisco I. Finalmente, los príncipes electores eligieron a Carlos I de España. La rivalidad subsecuente entre Francia y
España, permitió a Enrique actuar como mediador. Así empezó a manejar el
equilibrio del poder europeo. Tanto Francisco I como Carlos I intentaron gozar
del favor de Enrique VIII, Francisco en forma espectacular y deslumbrante, con
el encuentro en el Campo del Paño de oro,6 y Carlos I con toda solemnidad en los
encuentros de Kent. Después de 1521, sin
embargo, la influencia inglesa sobre Europa comenzó a menguar. Enrique entró en
una alianza con Carlos I a través del tratado de Brujas, y Francisco I de
Francia fue derrotado por el ejército imperial de Carlos I en la Batalla de Pavía, en febrero de 1525. La
confianza del emperador en Enrique disminuyó al mismo ritmo que el poder inglés
sobre el continente. Enrique VIII se mostró reacio en ayudarlo a conquistar la Flor de Lis, a pesar de las
garantías de Carlos I. Esto terminó con el Tratado de Westminster, en 1527.
El interés de Enrique en los asuntos
europeos se extendió hasta el ataque contra la revolución alemana de Lutero. En 1521 le dedicó su "Defensa de los siete sacramentos", que le valió el título
de "Defensor de la Fe".7 Con base en esto, se lo reconoció con el
título deinclitissimus.8 Este honor lo mantuvo aún después de
romper con Roma, y es todavía usado por la monarquía británica.
La cuestión real
Ana Bolena, segunda mujer de Enrique VIII. Ejecutada por traición y adulterio en
1536.
La coronación de Enrique VIII fue la
primera pacífica que había tenido Inglaterra en muchos años; sin embargo,
todavía tenía que ponerse a prueba la legitimidad de la dinastía Tudor. Esta se
dio "gracias" al fallecimiento de su hermano Arturo Tudor, a los 15 años. Enrique
era el segundo varón de esa pareja.
El pueblo inglés parecía disconforme con
las reglas de sucesión femenina, y Enrique sintió que sólo un heredero varón
podría asegurar el trono. Aunque la reina Catalina quedó embarazada al menos
siete veces (por última vez en 1518), sólo uno de los vástagos, la princesa María, sobrevivió a la infancia. Enrique había
frecuentado concubinas, incluyendo a María Bolena y a Isabel Blount, con quien había tenido un hijo ilegítimo, Henry Fitzroy, primer duque de Richmond y Somerset. En 1526, cuando estuvo claro
que la reina Catalina no podría tener más niños, Enrique comenzó a perseguir a
la hermana de María Bolena, Ana.
Aunque no cabe duda de la motivación
principal de Enrique para divorciarse de Catalina, su deseo de tener un
heredero varón, también es cierto que se fue encaprichando con Ana hasta tal
punto que terminó enamorándose de ella. El largo intento del Rey para terminar
su matrimonio con la reina Catalina fue denominado "La cuestión real".9 El cardenal Wolsey y William Warham comenzaron secretamente a
investigar la validez del casamiento con Catalina. Obviamente, la reina había
testificado que su primer matrimonio con Arturo, Príncipe de Gales, no había
sido consumado y que, en consecuencia, no había impedimento para el posterior
casamiento con Enrique. La investigación no pudo ir más allá, y se desestimó.
Sin informar a Wolsey, Enrique apeló
directamente a la Santa Sede. Envió a su secretario William Knight aRoma para argüir que la Bula de Julio II10 había sido obtenida mediante engaños, y
era en consecuencia nula. Además, pedía al papa Clemente VII11 que le otorgase una dispensa para
permitirle desposar a cualquier mujer, incluso en el primer grado de afinidad.
Esta dispensa era necesaria, ya que Enrique había previamente tenido relaciones
con la hermana de Ana Bolena, María.
Knight se encontró con que Clemente VII
era prácticamente prisionero del Emperador Carlos V. Tuvo dificultades
hasta para entrevistarse con el Papa y, cuando finalmente lo logró, no
consiguió los resultados que buscaba. Clemente VII no estaba de acuerdo en anular
el matrimonio; sin embargo otorgó la dispensa, presumiendo que la misma no
tendría mucho efecto mientras Enrique hubiera de permanecer casado con
Catalina.
Informado de lo obtenido por el
representante del rey, Wolsey envió a Stephen Gardiner y a Edward Fox a Roma.
Quizá temiendo al sobrino de Catalina, el Emperador Carlos V, el Papa Clemente
inicialmente evitó atender sus reclamaciones. Fox fue enviado de regreso con
una comisión autorizando el inicio de un proceso, pero las restricciones
impuestas la tornaban prácticamente insignificante.
Enrique VIII, por Hans
Holbein el Joven.
Gardiner procuró formar una comisión
ejecutiva que decidiera con antelación los puntos legales a discutir. Clemente
VII fue persuadido para aceptar tal propuesta, y permitió al cardenal Thomas Wolsey y al cardenal Lorenzo Campeggio llevar el caso juntos. La comisión actuó en
secreto; sus conclusiones no debían ser mostradas a nadie, y debían permanecer
siempre en poder de Campeggio.
La comisión estableció que la Bula Papal
autorizando el casamiento de Enrique con Catalina sería declarada nula si los
alegatos en que se basó se demostraban falsos. Por ejemplo, la Bula sería nula
si resultaba falso que el matrimonio había sido absolutamente necesario para
mantener la alianza anglo-hispana.
El cardenal Campeggio llegó a Inglaterra
en 1528. Los procedimientos, sin embargo, se paralizaron cuando los españoles
emitieron un segundo documento que presumía el otorgamiento de la necesaria
dispensa. Se aseguraba que, unos pocos meses antes de otorgarle la dispensa en
una Bula pública, el Papa Julio II había otorgado lo mismo en una nota privada
enviada a España.
La comisión, sin embargo, sólo hizo mención
a la Bula: no autorizó a los cardenales Wolsey y Campeggio a determinar la
validez de la nota, y durante ocho meses, las partes litigaron sobre su
autenticidad. Durante la primavera de 1529, el equipo legal de Enrique VIII
completó el "libelo", sumario de los argumentos reales incluyendo
Levítico 20, 21, que fue presentado ante los delegados papales, y donde se
observa, por ejemplo, lo siguiente:
18 de junio de 1529: La
Reina fue convocada al gran vestíbulo del Convento de los monjes negros en
Londres. El rey, sobre una plataforma elevada, se sentó en el extremo. A alguna
distancia, Catalina tomó su lugar. Los cardenales, sentados a menor nivel que
el rey, flanqueaban la presencia real, y cerca tomaron asiento el Arzobispo de
Canterbury y los restantes obispos. El Doctor Richard Sampson, luego obispo de
Chichester, y el Doctor John Bell, luego obispo de Worcester, lideraban a
quienes litigaban por el Rey. Representando a la Reina estaban John Fisher,
obispo de Rochester, y Doctor Standish, un monje gris y obispo de St. Asaph.
Siguiendo una serie de deliberaciones, la causa fue elevada en apelación a
Roma, principalmente luego que el sobrino de Catalina, Carlos V, presionara al
Papa para llamar al cardenal Campeggio de regreso, y Catalina fue puesta al cuidado
de Sir Edmund Bedingfield en el castillo de Kimbolton.
Enojado con el cardenal Wolsey por la demora, Enrique lo despojó de su poder y riqueza. Lo acusó de
"præmunire",12 pero Wolseymurió al poco tiempo.
Con el Cardenal Thomas Wolsey cayeron otros poderosos miembros de la Iglesia en
Inglaterra; en las oficinas del Lord Canciller y del Tenedor de sellos fueron
nombrados laicos en cargos antes reservados únicamente a clérigos.
Tomás Moro, h. 1527. Fue ejecutado por orden de Enrique VIII en 1535.
El poder entonces pasó a Sir Tomás Moro como nuevo Lord Canciller, a Thomas Cranmer como nuevo arzobispo de Canterbury y a Thomas Cromwell como primer conde de Essex y Secretario de
Estado de Inglaterra. El 25 de enero de 1533, Cranmer participó de la boda
entre Enrique y Ana Bolena. En mayo anunció la anulación del matrimonio con
Catalina, y declarando válido poco después el matrimonio con Ana. La Princesa María fue rebajada a hija ilegítima, y reemplazada como presunta heredera por la
nueva hija de Ana, la Princesa Isabel. Catalina perdió el
título de "Reina", y se convirtió en la Princesa viuda de Gales;
María dejó de ser "Princesa de Gales", para pasar a ser una simple
"Lady". Catalina de Aragón, Reina de Inglaterra, murió de cáncer en
1536. Sir Tomás Moro aceptó que el Parlamento hiciera reina a Ana, pues del
Parlamento emanaban las leyes y no se pronunció sobre que Enrique VIII fuese
cabeza de la Iglesia de Inglaterra, llegando a dimitir como Lord Canciller para
no tener que pronunciarse. Sabía que la vida le iba en ello. Durante un tiempo
Enrique VIII le dejó tranquilo, pero su silencio era tan atronador para toda
Inglaterra que al final le quiso hacer hablar. Muchas veces fue interrogado.
Fue encerrado en la Torre de Londres y llevado a juicio que incluyó falsos
testimonios. La función de acusación fue ejercida por Thomas Cromwell. Hallado
culpable de alta traición, debido al falso testimonio, fue condenado a muerte.
Una vez dictada la sentencia y al solicitársele por los jueces unas últimas
palabras, por fin habló, diciendo que el juicio había sido una patraña y
negando que Enrique VIII pudiera ser cabeza de la Iglesia. Fue ejecutado en
1535. Como mártir, la Iglesia católica lo elevó a los altares.
Agitación religiosa
El Papa respondió a estos acontecimientos excomulgando a Enrique VIII en julio de 1533. Siguió una considerable agitación
religiosa. Urgido por Thomas Cromwell, el parlamento aprobó varias leyes que
sellaron la brecha con Roma en la primavera de 1534. La Ley de restricción de apelaciones13 prohibió las apelaciones de las cortes eclesiásticas al Papa. También
previno que la Iglesia decretara cualquier tipo de regulación sin previo
consentimiento del Rey. La Ley de designaciones eclesiásticas14 de 1534, decretó que los clérigos elegidos para obispos debían ser
nominados por el soberano. La Ley de Supremacía15 del mismo año, declaró que "el Rey es la única cabeza suprema en
la tierra de la Iglesia de Inglaterra". La Ley de traiciones,16 también de 1534, convirtió en alta traición, castigada con la muerte,
desconocer la autoridad del Rey, entre otros casos. Al Papa se le negaron todas
las fuentes de ingresos monetarios como el Denario
de San Pedro.
Papa Clemente VII. Excomulgó a Enrique
VIII.
Rechazando las decisiones del Papa, el
parlamento validó el matrimonio entre Enrique y Ana Bolena con la Ley de
Sucesión17 de 1534. La hija de Catalina, lady
María, fue declarada ilegítima, y los descendientes de Ana pasaron a estar en la
línea de sucesión real. Todos los adultos fueron obligados a reconocer las
previsiones de esta Acta; quienes la rechazaban eran condenados a prisión de
por vida. La publicación de cualquier escrito alegando que el matrimonio de
Enrique con Ana era inválido, resultaba en un cargo de alta traición, que podía
ser castigado con pena de muerte.
La oposición a las políticas religiosas de
Enrique fue rápidamente suprimida. Varios monjes disidentes fueron torturados y
ejecutados. Cromwell, por quien fue creado el puesto devicegerente
espiritual fue autorizado a visitar monasterios,
supuestamente para asegurarse que seguían las instrucciones reales, pero en la
práctica para hacerse de sus riquezas. En 1536, una ley del Parlamento permitió
a Enrique confiscar las posesiones de los monasterios deficitarios (aquellos
con ingresos anuales de 200 libras o menos).
En 1536, la reina Ana comenzó a perder el
favor de Enrique. Después del nacimiento de la princesa Isabel, Ana tuvo dos
embarazos que terminaron en aborto o muerte del niño. Mientras tanto, Enrique
empezaba a prestar atención a otra doncella de su corte, Jane
Seymour. Quizá animado por Thomas Cromwell, Enrique hizo arrestar a Ana, bajo
cargos de usar brujería para convertirlo en su esposo, de tener relaciones
adúlteras con cinco hombres, de incesto con su hermano Jorge Bolena, vizconde de Rochford,
de injuriar al Rey y conspirar para asesinarlo, con el agravante de traición.
Los cargos eran enteramente fabricados. La Corte que trató el caso fue
presidida por el propio tío de Ana, Thomas Howard, III duque de Norfolk. En mayo de 1536, se
condenó a Ana y a su hermano a muerte por la hoguera o por decapitación, lo que
el rey eligiera. Los otros cuatro hombres sobre los que se alegó tener
relaciones con Ana, fueron condenados a ser colgados, ahogados y
descuartizados.
Lord Rochford fue decapitado al término
del juicio de forma inmediata; a los otros cuatro implicados les fueron
conmutadas sus diversas sentencias de muerte por la de decapitación. Ana
también fue decapitada al poco tiempo.
Pocos días después de la ejecución de Ana,
en 1536, Enrique VIII se desposó con Jane Seymour. El Acta de Sucesión de 1536
declaró a los hijos de la reina Jane dentro de la línea sucesoria, excluyendo a
Lady María y a Lady Isabel. El rey fue habilitado para determinar por sí en lo
sucesivo la línea sucesoria. Jane dio a luz a un hijo, el príncipe Eduardo en 1537, para luego morir dos semanas después. Eduardo murió en el Palacio
de Greenwich, el 6 de julio de 1553, a los 15 años de edad, siendo sepultado en
la Abadía de Westminster. El 10 de julio de ese año subió al trono Juana Grey
Luego de la muerte de Jane, la corte
entera guardó luto con Enrique por algún tiempo. El Rey la consideró siempre su
«verdadera» esposa, al ser la única que le dio el heredero varón que tan
desesperadamente soñaba.
Enfermedad genética de Enrique VIII
De acuerdo con una investigación en marzo
de 2011, el patrón de nacimientos de sus mujeres y su deterioro mental, sugiere
que Enrique VIII era positivo en Kell y tenía elsíndrome de McLeod.18 19 20 Esta enfermedad hacía casi inviable que
tuviera hijos varones y en general dificultaba enormemente que tuviera hijos
sanos.
Leyes trascendentales
Para la época de su casamiento con Jane
Seymour, Enrique concedió su aprobación a la Constitución de Gales21 (1535–1542), que la anexó legalmente con
Inglaterra, haciendo de ambas un sólo país. La ley decretó el uso exclusivo del
inglés para los procedimientos oficiales en Gales, contrariando a los numerosos
hablantes del idioma galés.
Enrique continuó la persecución de sus
oponentes religiosos. En 1536 se desató en el norte de Inglaterra una revuelta
conocida como la "Peregrinación de Gracia".22 Para aplastar a los católicos romanos
rebeldes, Enrique concedió poderes al Parlamento, y decretó un perdón general a
todos los involucrados. No cumplió ninguna de sus promesas, y una segunda
revuelta se inició en 1537. Los líderes de la rebelión fueron acusados de
traición y ejecutados. En 1538 Enrique ordenó la destrucción de los santuarios
de todos los santos de la Iglesia Católica romana, y para 1538, todos los monasterios
existentes habían sido disueltos, y sus propiedades transferidas a la corona.
Como recompensa por su eficiencia, Thomas Cromwell fue nombrado Conde de Essex.
Abades y priores perdieron sus escaños en la cámara de los lores, y sólo los
arzobispos y obispos formaron la representación eclesiástica del cuerpo. Los
"lores espirituales", como se conocía a los miembros del clero con
lugares en la Cámara de los Lores, fueron por primera vez superados en número
por los lores temporales.
Últimos años
Ana de Cleves, cuarta esposa de Enrique VIII.
El único hijo superviviente de Enrique, el
príncipe Eduardo, Duque de Cornualles, no era un niño sano. Por tal motivo, Enrique decidió casarse una vez más
para asegurarse un heredero varón. Thomas Cromwell sugirió aAna de Cleves, hermana del duque de Cleves, protestante y un importante aliado en el
caso de que Roma atacara a Inglaterra.
Hans Holbein el Joven fue enviado a Cleves para pintar un retrato de Ana para el Rey. Después de
observar el favorecedor retrato, y urgido por las cumplidas descripciones de
Ana dadas por sus cortesanos, Enrique decidió desposarse con ella. Al arribo de
Ana a Inglaterra, se dice que Enrique no la encontró nada atractiva, llamándola
en privado «la yegua de Flandes». Había sido retratada sin ningún signo de la
viruela que afectaba su rostro. No obstante, Enrique la desposó el 6 de enero
de 1540.
Poco después, sin embargo, Enrique deseó
terminar el matrimonio, no sólo por sus sentimientos personales, sino por
consideraciones políticas. El duque de Cleves se hallaba envuelto en una
disputa conCarlos V, Emperador del Sacro
Imperio Romano Germánico, con quien Enrique no quería tener disputas. La reina
Ana fue lo suficientemente inteligente para no impedir la búsqueda por parte de
Enrique de una anulación. Testificó que el casamiento nunca había sido consumado,
diciendo que Enrique había ingresado cada noche en su habitación para meramente
besar a su nueva esposa en la frente antes de dormir. El casamiento fue
consecuentemente anulado basándose en que Ana había realizado previamente
contratos nupciales con otros nobles europeos.
Ana recibió el título de «Hermana del rey»
y se le otorgó el castillo de Haver, la ex residencia de la familia de Ana
Bolena. Thomas Cromwell, mientras tanto, por haber impulsado el fallido matrimonio, perdió el
favor real, cayó en desgracia y fue decapitado. El puesto de «vicegerente
espiritual», creado para él, no fue cubierto y permanece vacante hasta hoy.
Catalina Howard, quinta esposa de Enrique VIII. Fue ejecutada en 1542 por adulterio.
El 28 de julio de 1540, el mismo día en
que Cromwell fue ejecutado, Enrique se casó con la joven Catalina Howard, prima de Ana Bolena. Mas, poco después del
casamiento, la reina Catalina tuvo un romance con el cortesano Thomas Culpeper. También había empleado
a Francis Derham como secretario, con quien había estado informalmente relacionada antes del
casamiento real. Thomas Cranmer, enemigo de la poderosa y católica familia Howard, obtuvo evidencias de
las actividades de la reina e informó a Enrique de ello. Aunque en principio el
rey no creyó tales denuncias, autorizó a Cranmer a efectuar una investigación,
de la que resultó la confirmación de las acusaciones. Al ser interrogada,
Catalina pudo haber admitido un compromiso previo con Derham, lo que por sí
mismo hubiera convertido en inválido el posterior matrimonio con Enrique pero,
en lugar de esto, sostuvo que Derham la obligó a establecer una relación
adúltera. Derham, a su vez, expuso la relación entre la reina y Thomas Culpeper.
En diciembre de 1541, Culpeper y Derham
fueron ejecutados. Catalina no fue condenada en juicio sino por un decreto de
deshonra aprobado por el Parlamento. El decreto detallaba la evidencia contra
la reina, con una cláusula especial que permitía la aprobación real a través de
comisionados, para evitar que el rey volviera a escuchar el relato de los
crímenes. Nunca se había utilizado este método de aprobación real, pero se usó
en reinados posteriores para reemplazar la presencia real en el parlamento.
Catalina Parr, sexta y última mujer de Enrique VIII.
El casamiento de Catalina fue anulado poco
antes de su ejecución. Igual que en el caso de Ana Bolena, Catalina no podría
ser culpada técnicamente de adulterio ya que el matrimonio resultó oficialmente
nulo desde el origen. Nuevamente esta cuestión fue ignorada y Catalina fue
ejecutada el 13 de febrero de 1542.
Enrique se casó en 1543 con su última
esposa, la rica viuda Catalina Parr. La nueva reina discutió con Enrique sobre religión, ya que era calvinista
mientras que el rey permanecía anglicano. Esta conducta podría haberle
resultado peligrosa si no hubiera sido por sus muestras de sumisión. Ayudó a
reconciliar a Enrique con sus dos primeras hijas, María e Isabel. En 1544, un
decreto parlamentario puso a ambas en la línea de sucesión tras el príncipe
Eduardo, Duque de Cornualles, a pesar de ser consideradas ilegítimas. El mismo
decreto permitía a Enrique determinar la siguiente sucesión al trono a su arbitrio.
Muerte y sucesión
En sus últimos años, Enrique engordó
notablemente, con una medida de cintura de 137 centímetros. La conocida
hipótesis sobre que sufría de sífilis fue difundida por primera vez unos cien
años después de su muerte. Argumentos más recientes sobre esta posibilidad
provienen de un mayor conocimiento de la enfermedad, que permiten suponer que
Eduardo VI, María I de Inglaterra e Isabel I mostraron síntomas característicos
de sífilis congénita. La obesidad de Enrique data de un accidente de justa en
1536, donde sufrió una herida en el muslo que no sólo le impidió realizar
actividad física sino que gradualmente derivó en una úlcera que indirectamente
pudo haberlo llevado a la muerte.
Palacio de Whitehall.
Enrique VIII falleció el 28 de enero de
1547 en el palacio de Whitehall. Murió el día en que su padre habría cumplido
noventa años. Fue sepultado en la Capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, al lado de su tercera esposa, Jane Seymour. Casi cien años después,Carlos I de Inglaterra sería sepultado en el mismo lugar. En el transcurso de la década posterior
a su muerte sus tres hijos se sentaron sucesivamente en el trono de Inglaterra.
En virtud de la Ley de Sucesión de 1544,
la corona fue heredada por el único hijo varón, Eduardo, que se convirtió en Eduardo VI como primer monarca protestante de Inglaterra. Con sólo nueve años de edad,
no podía ejercer por sí el poder, que recayó en un consejo de regencia formado
por dieciséis miembros elegidos según el testamento de Enrique VIII. El consejo
eligió a Edward Seymour, Duque de Somerset y hermano mayor de Jane, como lord protector del reino.
En la eventualidad de que Eduardo no tuviera hijos, sería sucedido por la hija
de Catalina de Aragón y Enrique VIII, María. Si ésta a su vez no tenía descendencia,
la corona real la heredaría la hija de Ana Bolena, Isabel. Finalmente, si Isabel moría sin
descendencia sería sucedida por los descendientes de María Estuardo, sobrina
del rey Enrique VIII.